No es díficil recordar en más de alguna película la estatua de algún gran personaje,en su mayor parte de buena postura y pose heróica, pues en parte más o menos lo mismo que se habla en este blog.
En aquellos días de la vieja Grecia, no era tanto el dinero el que daba el poder sino el ser alguien muy reconocido y qué mejor forma de ser reconocido que venciendo a los rivales en la antigua Grecia...
Estatua de hércules con fines ilustrativos |
Los ganadores de las diversas pruebas eran aclamados por el público, que les arrojaba flores y hojas frescas y recibían un premio que consistía en una corona de olivo salvaje.¿Suena familiar? Pues bien, son las mismas tradiciones que a su vez rondaron por mucho tiempo a los gradiadores, toreros y demás artístas que debutaron en el coliseo o alguna instalación que reuniera centenares de personas... También existía la costumbre de ceñir una cinta de lana en la cabeza del vencedor. Además, en épocas posteriores se otorgaba también al vencedor una hoja de palma.
La ceremonia de entrega de premios se realizaba en la entrada del templo de Zeus. Los heraldos proclamaban el nombre, el lugar de nacimiento, el linaje y la prueba de cada uno de los vencedores. Estos se presentaban con la cinta ceñida a la cabeza y la rama de palma en la mano derecha y el helanódica más antiguo los coronaba con la rama de olivo.
También se permitía que los vencedores pudieran dedicar una estatua con su imagen como conmemoración de su victoria. Por otra parte, los nombres de los vencedores también figuraban en un registro oficial. Al regresar a sus polis los ganadores eran recibidos como héroes; poetas y oradores narraban sus hazañas y en algunas ciudades recibían recompensas monetarias